Pulmones tienen pequeñas bolsas de aire conocidas como alvéolos. La neumonía provoca la inflamación de los pulmones al afectar negativamente a estas bolsas. Esta afección se desencadena por una cadena bacteriana o un ataque vírico. Quienes padecen enfermedad pulmonar obstructiva crónica(EPOC), afecciones como la fibrosis o una inmunidad comprometida son más propensos a sufrirla. La neumonía se manifiesta en 4 fases distintas. Resulta esencial conocer las distintas fases de esta afección pulmonar.

El diagnóstico de la neumonía es un proceso difícil; puede implicar un examen minucioso del proceso respiratorio, la exploración del tórax con radiografías o la realización de algunas pruebas de laboratorio. Su médico tratante querrá conocer con más detalle las molestias que sufre. Los signos y la gravedad de la afección pulmonar influyen en su tratamiento. A quienes la padecen debido a un contagio bacteriano se les administran antibióticos o medicamentos antibacterianos. En caso de un episodio agudo de neumonía -que se manifiesta con dificultades para inhalar / exhalar- es esencial buscar ayuda médica en un centro sanitario de modo urgente.

Existen vacunas para prevenir esta afección respiratoria. Las vacunas son más eficaces contra una cepa llamada Streptococcus pneumoniae. Su equipo de cuidadores le aconsejará que respete los protocolos de lavado de manos, así como el distanciamiento social. Puede ser peligroso fumar tabaco o productos relacionados. Es igualmente seguro mantenerse alejado de los fumadores o de lugares como las zonas de fumadores. Más de 400 millones de personas en todo el mundo se ven afectadas cada año por la neumonía. Esto se traduce en más del 7,5% de la población mundial.

Las 4 etapas de la neumonía

Una de las formas de neumonía provocada por bacterias es la neumonía lobar. Se sabe que afecta a algunas secciones denominadas lóbulos pulmonares. Aparece en cuatro etapas únicas. Estos son…

Etapa 1 – Congestión

Aparece poco después de la aparición de la infección bacteriana. Los estudios demuestran que la etapa se manifiesta en menos de 24 horas desde el momento de ser infectado. Esto ocurre cuando la propagación bacteriana en los pulmones supera en número a las células de la sangre. Como consecuencia, los pulmones pueden enrojecer debido al aumento del flujo sanguíneo. Esta etapa también se acompaña de hinchazón interna / inflamación de los tejidos de los pulmones.

Etapa 2 – Hetalización roja

Se trata de la siguiente fase de la infección, que se produce al cabo de 2 o 3 días. Es probable que dure entre 72 y 96 horas. En este caso, el pulmón infectado queda seco y sin aire. Sus pulmones pronto empezarán a parecerse a los tejidos del hígado. Este proceso se denomina hepatización. Al final de esta etapa, las bacterias, los restos de células, así como las células sanguíneas (rojas y blancas por igual) causan obstáculos en las vías respiratorias de los pulmones.

Etapa 3 – Hetalización gris

Esta fase puede aparecer al o día de la infección. Sus pulmones pueden permanecer en esta fase hasta 7 días / 1 semana. De estar enrojecidos, los pulmones se vuelven grises y el parecido con el hígado continúa también en esta fase. Además, los glóbulos rojos de la sangre y la fibrina (a veces, hemosiderina) se unen para formar un líquido. Al final, se observan un gran número de glóbulos blancos de gran tamaño, denominados macrófagos.

Fase 4 – Resolución

Esta es la fase de recuperación y es la etapa final de esta afección pulmonar. Puedes toser los restos. Los escombros pueden contener fluidos, así como elementos producidos como resultado de la destrucción a nivel celular. Las bolsas de aire y los pulmones recuperan su forma y proporción normales.

Por último, pero no por ello menos importante, si observa flemas amarillentas o verdosas y además tiene dificultades para respirar, es prudente que compruebe la incidencia de la neumonía. Sobre todo, al observar uno o más de los signos típicos – mencionados anteriormente, busque ayuda médica de un profesional clínico cualificado.