La naturaleza ha dotado a nuestro mundo de varios alimentos únicos. Cada vez hay más productos naturales en las tiendas de dietética y alimentación, tanto en Internet como en los supermercados. Algunos de estos productos naturales necesitan ser procesados antes de su ingesta, mientras que unos pocos no necesitan procesamiento adicional. Las semillas de chía, un producto natural, están ganando aceptación y popularidad gracias a sus beneficios para la salud. Se cree que las semillas de chía tienen su origen en la época de los mayas, en el centro y sur de América (para ser más precisos, en lo más profundo de las tierras mexicanas). Fieles al significado de su nombre, que significa “vigor” o “fuerza” en la lengua nativa, las semillas de chía ayudan a aumentar los niveles de energía y favorecen la pérdida de peso. Pero, ¿pueden estas semillas desencadenar algunos efectos secundarios adversos?

Chía es el nombre de las semillas comestibles procedentes de una planta perteneciente a la especie conocida como S. hispanica. Estas semillas se remontan a las civilizaciones azteca y maya. Estos productos naturales de color blanco y negro se consumen para obtener energías adicionales y, sobre todo, para apoyar sus objetivos de pérdida de peso. Los nutrientes disponibles en estas semillas son conocidos por suprimir el apetito y ayudar a perder unos kilos de peso corporal con relativa facilidad. La presencia de ácidos grasos saludables (como el omega-3), antioxidantes, proteínas, calcio y fibra convierten a estas semillas en un superalimento en términos de nutrientes.

Una ración estándar de casi 2 cucharadas (o, digamos, 1 onza) contiene nada menos que 4 gramos (gms) de proteínas, más de 8 gms de grasas, casi 11 gms de hidratos de carbono, casi 140 calorías y más de 10 gms de fibra. Junto con estos nutrientes, estas semillas también están dotadas de minerales y vitaminas. Las semillas de chía pueden tomarse sin procesarlas mucho, ya que se absorben fácilmente como, por ejemplo, los panes integrales o alimentos similares. Las semillas tienen un sabor a nuez y un aroma más suave, por lo que combinan bien con zumos, alimentos y otras sustancias comestibles. En la cocina popular, las semillas de chía se utilizan junto con alimentos lácteos como el yogur, salsas, bebidas, productos horneados, preparaciones a base de arroz, otros cereales comestibles, etc.

Efectos secundarios de las semillas de chía

Se sabe muy poco sobre la presencia de una amplia gama de nutrientes en las semillas de chía. Pero estas semillas comestibles también pueden causar algunos efectos secundarios adversos. El conocimiento de estos efectos secundarios puede ayudarle a tomar las precauciones necesarias para minimizar o evitar algunos de estos resultados no deseados. Los efectos secundarios más comunes de las semillas de chía son dificultades para evacuar las heces (estreñimiento), problemas relacionados con el revestimiento de los intestinos (especialmente, el intestino grueso), atragantamiento de garganta, problemas para tragar, indigestión o diarrea, etc. En algunos casos, se sabe que estas semillas desencadenan riesgos asociados a los cánceres de próstata, así como al adelgazamiento de la sangre.

Dificultades para defecar

Hay una marcada presencia de fibra en cada porción estándar de semillas de chía. Como se mencionó anteriormente, el contenido de fibra en una onza de estas semillas es de más de 10 gms. Debido a la presencia de abundante fibra, se aconseja a las personas diabéticas que la consuman en mayor cantidad. Las necesidades diarias de fibra para los diabéticos oscilan entre 24 gramos (en el caso de las mujeres) y 40 gramos (para los hombres).

Ahora, usted puede ver claramente cómo una onza de semillas de chía ayuda a satisfacer un requisito considerable de su necesidad diaria de fibra. Sin embargo, el inconveniente es que la ingesta de cantidades tan elevadas de fibra puede no sentar bien a todo el mundo. De hecho, cuando se añade una mayor dosis de fibra a la dieta diaria, es probable que se experimenten problemas en el tracto digestivo. Se manifiestan como dificultades para evacuar las heces, es decir, estreñimiento. En algunas personas, una mayor ingesta de fibra puede provocar la formación de gases, hinchazón, flatulencias, etc. Como efecto secundario opuesto, algunas personas también pueden presentar heces blandas o, en ocasiones, diarrea.

¿Cómo controlar este efecto secundario? – La mejor manera de conseguirlo es remojar las semillas de chía en agua durante al menos 7 u 8 horas. Puedes considerar dejarlas en remojo durante la noche, lo que puede hacer que estas semillas sean fáciles de digerir. Como alternativa, también puede molerlas hasta convertirlas en polvo o pasta, y espolvorearlas sobre alimentos o bebidas. Algunas personas utilizan estas semillas para hacer batidos; lo que también puede ayudar a evitar el estreñimiento u otros problemas relacionados con la digestión. La proporción de agua utilizada habitualmente para remojar las semillas de chía es la siguiente: una taza de agua por cada media onza de semillas de chía.

Problemas intestinales

En ocasiones, las paredes del intestino pueden presentar excrecencias en forma de bolsas; estas bolsas o sacos se conocen como divertículos. Uno de los remedios más utilizados contra estas bolsas es la ingesta de alimentos ricos en fibra. Sin embargo, el problema es que la ingesta de alimentos (como las semillas de chía) con una mayor proporción de fibra puede empeorar esta afección intestinal. Las semillas de chía pueden introducirse en estas bolsas extendidas del intestino grueso y provocar inflamación o hinchazón intestinal. Como precaución general, se aconseja no tomar estas semillas mientras se padezca diverticulitis. Una forma agravada de esta afección suele provocar otros efectos secundarios como flatulencia, hinchazón, dolor en un lado del bajo vientre, indigestión, etc.

Problemas para tragar

Un efecto secundario frecuente de las semillas de chía es la aparición de problemas de deglución o asfixia. Es necesario saber cómo consumir estas semillas para evitar estos problemas. Los dietistas aconsejan remojar estas semillas durante al menos 6 ó 7 horas o tostarlas antes de consumirlas. Se sabe que estas prácticas ayudan a evitar problemas como las arcadas o los atragantamientos.

Efectos anticoagulantes de las semillas de chía

Debido a la presencia de ácidos grasos del género omega-3, estas semillas poseen naturalmente algunas propiedades antiagregantes plaquetarias, es decir, anticoagulantes. En otras palabras, las semillas de chía pueden prolongar el tiempo de coagulación de la sangre. Por lo tanto, los que ya están tomando medicamentos como Coumadin – heparina, warfarina, etc. – se les aconseja no tomar estas semillas. Asimismo, se aconseja a quienes vayan a someterse a una intervención dental o quirúrgica que informen a su dentista o cirujano sobre su consumo de semillas de chía. Puede correr el riesgo de sangrar profusamente si no facilita información sobre su ingesta diaria de semillas de chía.

Reacciones alérgicas provocadas por las semillas de chía

Es un hecho que las personas con alergias previas a los frutos secos o a las proteínas a base de semillas pueden volverse alérgicas a las semillas de chía. Esto se debe principalmente a que estas semillas también contienen abundantes cantidades de proteínas. Como ya se ha mencionado, una onza de semillas de chía puede aportar entre 4 y 5 gramos de proteínas. Por lo tanto, debe informar a su dietista si tiene episodios previos de alergia a los frutos secos, las proteínas o las semillas. Su equipo médico le indicará que se abstenga de añadir semillas de chía a su dieta diaria.

Las reacciones alérgicas más comunes relacionadas con la ingesta de semillas de chía son molestias abdominales como náuseas, vómitos, etc., erupciones en la piel o urticaria. En algunas personas, las alergias pueden manifestarse como dolor de garganta, dificultad para respirar y un ataque incesante de tos. En raras ocasiones, las semillas de chía pueden provocar una inflamación interna, especialmente de la garganta o la lengua; en tales casos, puede resultarle difícil inhalar o exhalar y también puede desarrollar problemas para hablar. En caso de alergias agudas, se experimentan trastornos como la decoloración de la piel, el debilitamiento del pulso o un estado de ánimo psicótico. Al notar cualquiera de estas reacciones agudas, se recomienda encarecidamente recibir ayuda médica de urgencia.

Riesgos de cáncer en la región prostática

Algunos ensayos aleatorios realizados con semillas de chía indican que una sobredosis puede provocar cánceres en la región prostática. Sin embargo, hay algunos estudios que refutan este riesgo. La base para refutar la presencia de este riesgo es: la presencia de ácidos grasos de la familia omega-3. Se sabe que estas grasas -especialmente, el ácido alfa linolénico- reducen moderadamente los riesgos de cáncer en la zona de la próstata. Sin embargo, algunas investigaciones recientes sobre las semillas de chía tienden a confirmar la presencia de tales riesgos. Por lo tanto, se recomienda no tomar semillas de chía en grandes proporciones. Tenga siempre la precaución necesaria para vigilar el tamaño de sus raciones.

Posibles riesgos de hipotensión o tensión arterial baja

Debido a las propiedades anticoagulantes de las semillas de chía, también puede ayudar a disminuir los niveles de presión arterial. Por lo tanto, estas semillas pueden ayudar a quienes padecen hipertensión o tensión arterial alta. Sin embargo, quienes ya estén tomando fármacos antihipertensivos deben tener precaución, ya que la administración conjunta de semillas de chía y medicamentos hipotensores puede provocar un descenso grave de la tensión arterial. Los efectos secundarios de un estado hipotensor incluyen mareos, sensación de adormecimiento, dolores de cabeza, latidos cardíacos erráticos, desmayos, etc. Se recomienda encarecidamente consultar a su médico sobre los riesgos de hipotensión. Su médico modificará la potencia de los fármacos antihipertensivos o puede recetarle alternativas más suaves / seguras.

Interacciones con medicamentos para diabéticos

Las semillas de chía son conocidas por su capacidad para regularizar el nivel de azúcar en sangre. Por lo tanto, la ingesta de estas semillas puede entrar en conflicto directo con los fármacos para diabéticos o los medicamentos que se toman para controlar la glucemia. La ingesta de semillas de chía junto con medicamentos para controlar los niveles de azúcar puede provocar una grave caída de los niveles de azúcar en sangre. Los efectos secundarios de un nivel bajo de azúcar en sangre son deshidratación, hambre, mareos, sensación de somnolencia, desmayos o pérdida del conocimiento. Se recomienda consultar con el médico que le trata antes de consumir semillas de chía, especialmente si su plan de medicación actual incluye medicamentos para la diabetes.

Entonces, ¿cuál es el nivel más seguro de ingesta de semillas de chía al día?

Es prudente limitar la ingesta de semillas de chía a una cucharada sopera al día. El límite máximo de ingesta no debe superar nunca 1,5 cucharadas soperas al día. Además, ten cuidado con las calorías que te aportaría esa dosis diaria. Se sabe que una ración estándar de 1,5 cucharadas soperas aporta más de 130 calorías. Por lo tanto, las personas con objetivos de control de peso deben tener cuidado, ya que una cucharada sopera de semillas de chía puede añadir una cantidad considerable de calorías, aparentemente sin esfuerzo.

En resumen, entre los efectos secundarios más comunes de las semillas de chía se incluyen el ahogo de garganta o problemas para tragar, dificultades para evacuar las heces (estreñimiento), indigestión, hinchazón interna o inflamación de los revestimientos del intestino grueso, etc. En algunos casos remotos, las semillas de chía pueden provocar cáncer de próstata. Si padece enfermedades previas como hipertensión, diabetes mellitus, problemas intestinales como diverticulitis, etc., debe compartir los detalles necesarios con el médico que le trata, el dietista y el farmacéutico. Se prescriben alternativas adecuadas para minimizar los riesgos de hipotensión, bajadas de azúcar o diverticulitis.