Cuidar la salud de tus nervios es un elemento clave para proteger tu salud general. Por ello, los tratamientos especiales para la neuropatía (daño nervioso) se han convertido en un área importante de la medicina. Uno de esos nervios que requiere una consideración especial es el nervio cutáneo femoral lateral (NFCL).
El nervio cutáneo femoral lateral (NFCL) se origina en la región situada entre el segundo y el tercer nervios espinales lumbares, L2 y L3. Este nervio se conoce así porque sale del cuerpo por el lado lateral del grupo muscular del psoas.
Este nervio se divide en dos partes: anterior y posterior. La parte anterior del LFCN tiene sus fibras desde L3, y éstas recorren la parte lateral y anterior del muslo hasta la rodilla. La rama posterior del LFCN está formada por fibras procedentes de L2 y atraviesa la cara lateral y posterior del muslo.
El LFCN puede dañarse por diversas causas, como la cirugía, el uso de ropa ajustada, el embarazo, la obesidad y la diabetes. Los periodos prolongados de colocación boca abajo durante la cirugía pueden conducir al uso de almohadillas pélvicas, que pueden ejercer una tensión indebida sobre los músculos y el hueso del muslo, provocando un atrapamiento del nervio.
Un daño en este nervio puede provocar una pérdida de los sentidos y causar una molestia de hormigueo o quemazón. Asimismo, puedes notar entumecimiento en las regiones externas del muslo, que puede amplificarse tras periodos prolongados de pie o caminando. Este problema es más frecuente entre las personas de 30 a 60 años. En ciertos casos, una cicatriz cerca de los ligamentos inguinales puede ser el origen de esta afección médica, que puede ser consecuencia de una intervención quirúrgica o de una lesión en la zona.
A veces los profesionales pueden confundirse sobre la causa de esta afección, pensando que se debe a pinzamientos en la raíz nerviosa o a dolor ciático.
La mineralgia parestésica se reconoce clínicamente como una compresión del nervio. Este trastorno se considera bastante raro; el número estimado de personas que lo padecen en EE.UU. es de 200.000. Afortunadamente, esta afección médica no es mortal, ya que el LFCN no irriga articulaciones ni músculos.
El LFCN dañado puede tratarse con métodos no quirúrgicos o conservadores. Para ello, puede ser necesario modificar tus hábitos alimentarios y tu estilo de vida. Estas instrucciones pueden incluir perder peso extra y llevar ropa más holgada. Además, se sugiere limitar el uso de los muslos y los pies, por ejemplo, evitando estar mucho tiempo de pie, caminar o realizar actividades que fuercen los músculos de las extremidades inferiores.
Esperar es la forma más habitual de gestionar esta dolencia. Se cree que esta afección puede mejorar sin ninguna intervención médica. En algunos casos, te pueden pedir que acudas a un fisioterapeuta y hagas algunos estiramientos. Medicamentos sin receta, como
aspirina
,
ibuprofeno
y
paracetamol
también pueden utilizarse para tratar este problema.
Para reducir la inflamación y el dolor en la zona femoral o del muslo, pueden administrarse bloqueos nerviosos que implican el uso de corticoides. Sin embargo, estas inyecciones pueden tener efectos secundarios no deseados, como la inflamación de las articulaciones. Además, fármacos como
gabapentina
y otros
anticonvulsivos
(pregabalina, neurontin, etc.), aunque también pueden causar efectos adversos como mareos, estreñimiento y náuseas. Tricíclicos
antidepresivos
pueden utilizarse para eliminar el dolor, aunque pueden tener efectos secundarios como dificultad para defecar, mareos, deshidratación y pérdida de libido.
En casos inusuales, los profesionales médicos pueden sugerir la cirugía como opción viable; sin embargo, no suele recomendarse.
El Nervio Cutáneo Femoral Lateral (NFCL) se origina en el espacio entre tu segundo y tercer nervios lumbares (L3 y L2). Para evitar posibles daños en el LFCN, hay que evitar llevar ropa demasiado ajustada o cinturones pesados durante un periodo de tiempo prolongado.
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