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Los animales de compañía suelen ser propensos a infectarse por microbios. Los perros son vulnerables a una enfermedad llamada parvovirus canino (abreviado parvo o CPV). Sin embargo, vacunando a su mascota peluda se pueden prevenir esos riesgos. El parvovirus se detectó por primera vez a finales de la década de 1960; es más común entre los cachorros jóvenes, así como entre los caninos adolescentes. caninos. Las vacunas han reducido considerablemente la incidencia de parvopero los riesgos siguen acechando. Por lo tanto, si su el perro tiene parvo¿cuánta amoxicilina se puede administrar? Es importante saberlo antes de iniciar el tratamiento de su mascota.

El parvo es una forma de virus y puede provocar infecciones graves entre los perros más jóvenes, así como entre las mascotas no vacunadas. Una vez que infecta a su canino, la médula ósea y el tracto gástrico de su mascota corren un mayor riesgo. Debe ser consciente de que este virus es contagioso y puede propagarse por el aire. La cadena vírica contamina las heces de su mascota; sin embargo, puede infectarle las patas o el pelo al entrar en contacto con las heces. Sin embargo, la mala noticia es que esta cadena vírica puede vivir durante bastante tiempo (es decir, durante meses). Sin embargo, es poco probable que los propietarios se vean afectados por este virus.

Es probable que tu amigo peludo muestre algunos signos al infectarse. Los principales signos de infección son el cansancio o el letargo, así como la pérdida de apetito; sí, los perros tienden a ignorar la comida cuando están enfermos de parvovirus. También es probable que aparezca un aumento de la temperatura corporal. A medida que la infección cobra fuerza, es probable que vea a su mascota vomitar con mucha frecuencia; en muchos casos, también es probable que su perro presente deposiciones blandas o diarrea. Los animales más jóvenes pueden perder el conocimiento debido a un descenso de la temperatura corporal (hipotermia) o a la aceleración de los latidos del corazón (taquicardia).

¿Puedo dar antibióticos a mi perro con parvo?

El parvo es un virus, por lo que los antibióticos pueden tener un efecto muy limitado. Sin embargo, para tratar las infecciones secundarias, pueden administrarse algunos antibióticos. Debe saber que el tracto gástrico de su can ya contiene filamentos bacterianos. Como ya se ha mencionado, es más probable que el parvovirus ataque el sistema intestinal de su perro, así como su médula ósea. El sistema intestinal de su mascota es más propenso a sufrir una rotura, debido a la cual las bacterias del intestino de su perro pueden entrar en la sangre de la mascota. Es más probable que aparezca una enfermedad conocida como sepsis. Se recomienda el uso de antibióticos para tratar estas afecciones sépticas.
Los antibióticos como el metronidazol, la cefazolina, etc. se utilizan habitualmente para tratar la sepsis. Se trata de fármacos de amplio espectro, con capacidad para combatir infecciones en el tracto gástrico. La gama de fármacos antibacterianos incluye medicamentos como ampicilina, trimetoprim-sulfa y gentamicina.

Metronidazol – Este medicamento sólo se administra a los perros si lo prescribe un veterinario cualificado. Se utiliza principalmente para tratar afecciones como las enfermedades inflamatorias intestinales (EII), los episodios incesantes de diarrea y los vómitos. Como uso prolongado, el metronidazol se utiliza para eliminar los microbios parásitos que viven en las paredes intestinales. Dado que los ingredientes clave de este medicamento pueden cruzar la barrera hematoencefálica, es probable que su mascota sufra algunos efectos secundarios neurológicos. Entre estos efectos secundarios son comunes la incapacidad para mantener el equilibrio, el estado de ánimo depresivo, la pérdida de coordinación, etc. Este medicamento no debe administrarse a perros que padezcan afecciones previas como disfunción hepática (hepatitis o inflamación del hígado). Habla con tu veterinario para conocer los posibles factores de riesgo, así como las precauciones.

Ampicilina – Este es un medicamento antibiótico utilizado en perros para una variedad de infecciones bacterianas. Se utiliza para tratar las infecciones del tracto urinario de su mascota, las infecciones secundarias causadas por el parvovirus canino y algunas otras afecciones cutáneas/infecciones de los tejidos blandos. La dosis típica ronda los 10 mg; en caso de infecciones por encima de lo normal, se administra una dosis de 25 mg. Estas dosis mayores se administran cuando tu mascota está infectada por una cepa resistente a los antibióticos, por ejemplo, el parvovirus canino. En algunos casos, las infecciones bacterianas pueden filtrarse al sistema nervioso central (SNC) de su mascota; en tales casos, se considera la posibilidad de administrar una forma inyectable de ampicilina. La dosis se mantiene por debajo de 10 mg por kg de peso corporal de su mascota. La dosis suele administrarse dos veces al día. Pueden aparecer algunos efectos secundarios como pérdida de apetito, heces blandas o diarrea. Se consideran molestias menores. Sin embargo, los efectos secundarios graves, como taquicardia o dificultades respiratorias (sibilancias o jadeos), pueden requerir asistencia médica de urgencia.

Trimetoprim-sulfa – Esto se utiliza para los perros como un medicamento antibiótico fuera de etiqueta. Se utiliza para tratar infecciones en la región prostática, así como infecciones bacterianas en la vejiga urinaria de su mascota. Los perros pueden desarrollar algunos efectos secundarios como aumento de la temperatura corporal, decoloración de los ojos (color amarillento), hinchazón de los órganos faciales, micciones frecuentes, etc. Si su perro ya tiene problemas hepáticos, como inflamación o cirrosis del hígado, hable con su veterinario sobre su nivel de seguridad. Además, es probable que este medicamento actúe de forma adversa cuando a su perro se le administran fármacos como diuréticos/medicamentos ahorradores de potasio, antiácidos, etc. En general, es una práctica segura informar a su veterinario de todos los demás fármacos administrados a su perro.

Cefazolina – Se utiliza en perros como fármaco fuera de indicación. Es eficaz en el tratamiento de bacterias grampositivas como los estreptococos y los estafilococos. En algunas mascotas, este medicamento puede causar molestias abdominales como vómitos, náuseas y diarrea.

Gentamicina – Este medicamento se utiliza en perros para tratar infecciones bacterianas en la sangre de su mascota (sepsis), infecciones del tracto respiratorio, afecciones/infecciones del oído interno, etc. Los efectos secundarios incluyen deshidratación, daño hepático, úlceras en la región abdominal, pérdida de apetito, etc. Este medicamento debe administrarse siempre bajo la supervisión de un veterinario cualificado.

En resumen, el parvovirus canino es una infección grave causada por el ataque de un virus. Los perros más jóvenes, así como las mascotas no vacunadas, son más propensos a sufrir este tipo de infecciones. Como el parvo es un virus, los fármacos antibacterianos pueden tener un uso restringido en este caso. Pero, para tratar la sepsis -una afección secundaria causada por el parvo-, se suelen administrar antibióticos a los perros. Los fármacos antibacterianos como el metronidazol, la cefazolina, la ampicilina, la trimetoprima-sulfa y la gentamicina se utilizan en gran medida para aliviar las infecciones provocadas por la sepsis.