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La primera cicatriz de cada ser humano se encuentra justo en el centro de equilibrio del cuerpo. El ombligo es un tejido cicatricial que se forma en el lugar donde se unió el cordón umbilical. Un porcentaje considerable de personas experimentan sangrado del ombligo que se atribuye a múltiples razones. Aunque en la mayoría de los casos la extensión de la hemorragia no es excesiva, en algunos la hemorragia va acompañada de inflamación o infección. Hay razones claras detrás de la hemorragia, y el conocimiento de las razones ayudará a tratar eficazmente y detener la hemorragia/infección adicional. Antes de ver las razones, entendamos primero algo más sobre el ombligo.

Los mamíferos placentarios y la cicatriz de la separación

Como mamíferos placentarios, el feto humano recibe alimento a través del cordón umbilical que une a la madre con el útero. Importante canal de nutrición, oxígeno y eliminación de residuos, el cordón se secciona durante el parto y el tejido cicatricial se desarrolla en el ombligo. Dependiendo de cómo se forme el tejido cicatricial, las personas acaban teniendo el ombligo normal, el innie, o el que sobresale, el outie. Otro motivo de ombligos salidos son las hernias umbilicales, que dan lugar a la formación de la protuberancia. El ombligo cumple efectivamente su función antes de la formación del tejido cicatricial, y no cumple esencialmente ninguna nueva función. Sin embargo, se utiliza en un número limitado de procedimientos médicos, incluida la transfusión para recién nacidos, y en la medicina tradicional para tratar diversas afecciones. Con esta información, veamos ahora las razones del sangrado del ombligo.

¿Cuáles son los casos típicos de hemorragia del ombligo?

Existen esencialmente cuatro razones diferentes para el sangrado del ombligo. De las cuatro afecciones, existen opciones de tratamiento eficaces para tres de las razones, mientras que la cuarta razón que provoca el sangrado del ombligo no tiene opciones de tratamiento en la actualidad. Sin embargo, es posible controlar la afección y evitar que se agrave aún más. A continuación se describen las cuatro causas de la hemorragia y los métodos eficaces que se emplean para controlarla o tratarla.

#1 Sangrado del ombligo durante el embarazo

Las mujeres experimentan cambios durante las distintas etapas del embarazo, entre ellos cambios en el abdomen cuando los músculos se estiran con el útero en expansión. En consecuencia, la piel también se estira y esto podría provocar un posible desgarro alrededor del ombligo. La probabilidad de sangrado del ombligo es mayor entre las personas con ombligos salidos. Esto se debe a que las probabilidades de que el ombligo protuberante se rasque en este estado son mayores que las probabilidades de rascarse un ombligo innato. El mejor método para manejar esto es la prevención, que incluye la eliminación de todos los piercings en el ombligo, el uso de ropa adecuada que no se enganche. Se llevarán tejidos suaves que no causen irritación en la piel, y se procurará que no queden botones en la ropa alrededor de la zona abdominal. En caso de desgarro de molestias, la mejor opción es tratar el desgarro superficial de forma natural. Si el desgarro está en la superficie sin signos de infección, puede utilizarse gel de aloe vera para aliviar y tratar la afección.

#2 Sangrado del ombligo debido a quistes

Otra razón para el sangrado del ombligo es la formación de quistes. Esta excrecencia de tejido puede producirse en cualquier parte del cuerpo y se atribuye a múltiples afecciones: exposición a la luz solar, infecciones, folículos pilosos atrapados o lesiones en la piel. La formación de quistes atribuida a cualquiera de estas afecciones también puede dar lugar a la formación de pus o hemorragias, cuando el quiste está infectado. Las condiciones anteriores son los tipos más comunes de quistes que se pueden esperar. Existe otra categoría de quistes de aparición poco frecuente que pueden provocar hemorragias. Conocidos como quistes uracónicos, se trata de los quistes que se forman en los conductos uracónicos que drenan las secreciones del feto a través de la vejiga. Esta trompa suele cerrarse en toda su longitud antes del parto, pero en un pequeño número de personas este cierre no se produce. En consecuencia, es probable que se produzca una secreción de sangre por el ombligo cuando este conducto está infectado. La hemorragia resultante de la formación de quistes también puede ir acompañada de otros síntomas, como hinchazón, dolor al orinar y enrojecimiento de la piel. Las opciones de tratamiento dependen del tipo de quiste; por ejemplo, los quistes más pequeños no suelen requerir medidas especiales de tratamiento, mientras que los quistes grandes deben drenarse o extirparse quirúrgicamente. Esto se determina sobre la base de un examen visual y de imágenes de TC/ultrasonido.

#3 Sangrado del ombligo por infecciones

Las infecciones son otra de las causas del sangrado del ombligo y son las más fáciles de tratar entre todas las afecciones. El ombligo es una localización anatómica para literalmente miles de tipos de bacterias, la mayoría inofensivas. Las bacterias beneficiosas ayudan al sistema inmunitario del organismo a defenderse de los agentes patógenos que pueden causar complicaciones de salud. A menudo, este delicado equilibrio natural se ve alterado por una de las muchas causas que provocan infecciones debidas al crecimiento de bacterias u hongos. En consecuencia, es probable que se produzcan infecciones como estreptococos, estafilococos o infecciones por hongos. Puede provocar hemorragias en el ombligo y suele ir acompañada de otros síntomas como fiebre, prurito, enrojecimiento de la piel alrededor de la zona infectada y posibles secreciones. El tratamiento depende del diagnóstico de las muestras recogidas para determinar el tipo de bacteria u hongo. Si las infecciones no se han manifestado con secreción de pus, una simple limpieza y polvos antimicóticos tratarán eficazmente la afección. En caso de que la infección sea grave, se prescribe el uso de antibióticos tópicos y pomadas para tratar la afección.

#4 Sangrado del ombligo por endometriosis umbilical primaria

La endometriosis umbilical primaria es una de las causas del sangrado del ombligo. Se trata de una afección en la que el tejido que se encuentra en el revestimiento del útero se extiende a zonas externas. Se trata de un trastorno poco frecuente, clasificado como afección benigna, en el que el tejido que se extiende al ombligo provoca una secreción en el ombligo que es dolorosa y descolorida. La secreción marrón rojiza suele ir acompañada de otros síntomas que incluyen crecimiento bajo la piel, formación de nódulos y dolor en la región pélvica. Otros síntomas son molestias durante la actividad sexual, dolor y posible sangrado durante las abluciones y dolores menstruales anormales. La enfermedad se diagnostica mediante un minucioso examen pélvico y pruebas que incluyen ecografías y resonancias magnéticas, además de una laparoscopia para detectar la presencia de crecimiento. A continuación, se suele realizar una biopsia del tejido. En la actualidad, no existen opciones de tratamiento para esta afección, y las mejores opciones disponibles incluyen la gestión a través de suplementos. La última opción es la extirpación quirúrgica del tejido, que es el último recurso cuando ninguna de las otras opciones ofrece los resultados deseados.

¿Es grave el sangrado del ombligo y justifica siempre una visita al médico?

Cuando el sangrado del ombligo se atribuye a causas externas, como un desgarro o el estiramiento de un músculo o la piel, la afección no es grave y no requiere una visita al médico si se resuelve rápidamente. Sin embargo, si la afección persiste, es necesario acudir al médico. En caso de hemorragia por causas no externas, es imprescindible acudir a un especialista lo antes posible para asegurarse de que la infección no es grave. Los síntomas que merecen atención urgente incluyen piel enrojecida, sensibilidad alrededor de la zona, fiebre y dolor persistente. Unas sencillas precauciones ayudarán a reducir el riesgo de hemorragia/dolor, como una higiene adecuada y el uso de material apropiado para cubrir la zona abdominal.