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El tratamiento preferido y popular para las reacciones alérgicas son los antihistamínicos. Los medicamentos de esta categoría tratan diversos síntomas de las alergias, por ejemplo: estornudos, picor o secreción nasal, ojos llorosos, picor de garganta o piel, urticaria, hinchazón y picor debido a mordeduras o picaduras de insectos. Además de lo anterior, los antihistamínicos también se utilizan para tratar otras afecciones, como el mareo, las náuseas, los vómitos y el insomnio. Debido a su popularidad y frecuencia de uso, los pacientes suelen hacerse esta pregunta: ¿es correcto tomar antihistamínicos todos los días? A continuación se ofrece una visión detallada de este medicamento, incluyendo información que ofrecerá respuestas a la pregunta anterior.

¿Cuáles son los distintos tipos de antihistamínicos?

Es importante conocer los distintos tipos de antihistamínicos. Básicamente, existen dos categorías principales: los antihistamínicos de primera y segunda generación.

Los antihistamínicos pueden tener efectos diferentes en cada individuo, y algunas personas pueden experimentar somnolencia u otros efectos secundarios incluso con antihistamínicos de segunda generación.

Mecanismo de acción de los antihistamínicos

Los antihistamínicos actúan bloqueando la actividad de la histamina, una sustancia química liberada por el organismo durante una reacción alérgica. La histamina se une a receptores específicos del organismo y provoca diversos síntomas, como picor, inflamación y aumento de la producción de mucosidad. Los antihistamínicos actúan uniéndose a estos receptores, bloqueando la unión de la histamina y previniendo o reduciendo así los síntomas de una reacción alérgica.

Existen dos tipos de receptores de histamina: los receptores H1 y los receptores H2. Los receptores H1 se encuentran en todo el organismo y son responsables de los síntomas de una reacción alérgica, como picor, hinchazón e inflamación. Los receptores H2 se encuentran principalmente en el estómago y son responsables de la producción de ácido estomacal.

Antihistamínicos de primera generación, se unen a los receptores H1 y H2 y pueden causar sedación y otros efectos secundarios. Los antihistamínicos de segunda generación son más selectivos hacia los receptores H1 y tienen menos efectos secundarios, como la somnolencia.

Posibles efectos secundarios de los antihistamínicos

Los antihistamínicos, como todos los medicamentos, pueden tener efectos secundarios. Los resultados indeseables específicos pueden variar en función del tipo de antihistamínico y del individuo que toma la medicación. Entre los posibles efectos secundarios más frecuentes de los antihistamínicos se incluyen:

Interacciones medicamentosas de los antihistamínicos

Los antihistamínicos pueden interactuar con otros medicamentos, suplementos y sustancias, lo que repercute en su eficacia y también aumenta el riesgo de efectos secundarios. Entre las interacciones farmacológicas habituales de los antihistamínicos se incluyen las siguientes:

La dosis ideal de antihistamínicos

La dosis ideal de antihistamínicos varía en función del tipo de antihistamínico, del individuo que toma la medicación y de la enfermedad que se está tratando.

En el caso de los antihistamínicos de primera generación, como la difenhidramina, la dosis habitual para adultos es de 25-50 mg una vez cada 4-6 horas, según sea necesario, hasta un máximo de 300 mg al día. Sin embargo, puede ser necesario que determinados pacientes tomen dosis más bajas: ancianos o pacientes con enfermedades hepáticas o renales.

Para los antihistamínicos de segunda generación, como la loratadina o la cetirizina, la dosis habitual para adultos es de 10 mg una vez al día. Para la fexofenadina, la dosis habitual en adultos es de 180 mg una vez al día.

A dosis más altas o cuando se combinan con otros medicamentos o sustancias, los antihistamínicos pueden provocar somnolencia. Por lo tanto, es importante tomar los antihistamínicos según las indicaciones del profesional sanitario y asegurarse de no superar nunca la dosis máxima recomendada.

¿Se pueden tomar antihistamínicos todos los días?

Ha llegado el momento de responder a la pregunta anterior. La ingesta diaria de antihistamínicos depende del tipo de antihistamínico y del motivo por el que se utiliza el medicamento. Los antihistamínicos de primera generación, en general, no se recomiendan para uso diario. Los antihistamínicos de segunda generación suelen considerarse seguros para el uso diario y suelen utilizarse para tratar las alergias crónicas o la urticaria.

Los pacientes que toman antihistamínicos a diario deben consultar a su médico sobre los síntomas y el plan de tratamiento, para asegurarse de que la dosis y la frecuencia de la medicación son adecuadas. También puede ser necesario seguir precauciones, como evitar los alérgenos o utilizar otros medicamentos o tratamientos, para controlar los síntomas.