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Se calcula que la prevalencia del TDAH en adultos en EE.UU. se sitúa en torno al 4,4% de la población total. Entre los niños, las tasas son más elevadas, en torno al 9,4%, lo que representa más de seis millones de niños. Se sabe que esta enfermedad crónica causa diversas dificultades a los afectados, como problemas de atención, hiperactividad y comportamiento impulsivo. Los medicamentos que se prescriben actualmente para tratar la enfermedad son de cinco tipos diferentes. Las secciones siguientes enumeran y explican los posibles efectos secundarios de la medicación para el TDAH, para ayudar a pacientes y cuidadores a evitar que los efectos se vuelvan graves o adversos.

 

Problemas típicos a los que se enfrentan los pacientes como consecuencia del TDAH

 

En general, se sabe que la enfermedad comienza durante la infancia y, en algunos casos, progresa hasta la edad adulta. En un gran número de pacientes, es probable que la enfermedad no se diagnostique en la infancia y sólo se identifique en la edad adulta. A lo largo de la infancia, los síntomas o los cambios de comportamiento pueden confundirse a menudo con otras afecciones o comportamientos. Entre los diversos problemas derivados de la enfermedad se incluyen la baja autoestima, las dificultades en las relaciones y una serie de retos en la escuela o en el lugar de trabajo. Se sabe que las personas que padecen esta enfermedad tienen niveles de atención más bajos y, al mismo tiempo, son hiperactivas.

 

Las opciones de tratamiento incluyen medicación, terapia que incluye terapia de conversación, conducta/condicionamiento social y asesoramiento psicológico (psicoterapia). El tratamiento para adultos y niños diagnosticados de la enfermedad es el mismo y no difiere. El tratamiento también puede ser necesario para otras afecciones que pueden observarse en los pacientes junto con el TDAH. Una de las diferencias de la enfermedad es la reducción de la hiperactividad entre los adultos, mientras que persisten otros retos y problemas que requieren medicación.

 

Síntomas comúnmente observados de la enfermedad

Se sabe que los síntomas se reducen con la edad, pero se sabe que algunos individuos no experimentan cambios en los síntomas. También se sabe que la naturaleza de los síntomas difiere de una persona a otra y que pueden ser leves o graves. Como ya se ha señalado, muchas personas pueden no ser conscientes de la enfermedad y sólo tienen dificultades para realizar determinadas acciones. Por ejemplo, puede verse afectada la capacidad de concentrarse y dar importancia o prioridad a las tareas, lo que puede provocar vergüenza social o dificultades en el trabajo. Del mismo modo, puede haber problemas de comportamiento como consecuencia de la enfermedad; por ejemplo, la impaciencia y los cambios de humor pueden tener un grave impacto en el individuo mientras conduce o mientras hace una compra en una larga cola.

 

Entre los síntomas que suelen asociarse a este trastorno se encuentran el comportamiento impulsivo, la incapacidad para organizarse, la incapacidad para priorizar acciones, la gestión ineficaz del tiempo, las dificultades para centrarse en una tarea, la incapacidad para realizar varias tareas a la vez, la hiperactividad o un estado de inquietud, la falta de planificación, la menor tolerancia, la tendencia a frustrarse fácilmente, los cambios repentinos de humor, el mal humor, la incapacidad para soportar situaciones estresantes y las dificultades para seguir o cerrar tareas.

 

Motivos del trastorno

 

Las causas reales de esta enfermedad no están totalmente confirmadas, aunque se está investigando. Los expertos han relacionado ampliamente la enfermedad con la constitución genética, las condiciones ambientales y los problemas de desarrollo de la enfermedad. Dicho de otro modo, las probabilidades de que un individuo tenga TDAH son mayores entre los individuos de familias en las que otros tienen TDAH. También es probable que la exposición a determinadas sustancias durante la infancia influya y cause el TDAH. Esto incluye la exposición al plomo durante la infancia. Los niños que experimentan problemas en el sistema nervioso central en distintas etapas del desarrollo son propensos a padecer TDAH.

 

Categorías de individuos de alto riesgo

 

Es probable que determinadas categorías de individuos estén expuestas a un mayor riesgo de padecer la enfermedad. Por ejemplo, los hijos de madres fumadoras, bebedoras empedernidas o adictas a sustancias tóxicas corren un mayor riesgo de acabar padeciendo la enfermedad. Los niños nacidos prematuramente también tienen riesgo de padecer TDAH. Además de éstos, los otros factores de riesgo son los enumerados en el apartado anterior: la genética y la exposición ambiental.

 

Afecciones que suelen estar relacionadas con el TDAH

Existe la posibilidad de que, además del trastorno, las personas padezcan otras afecciones. Aunque en realidad el TDAH no provoca ni desencadena problemas psicológicos o de desarrollo, existe la posibilidad de que haya otras afecciones, y esto puede hacer que los regímenes de tratamiento sean más complejos. Por ejemplo, es probable que los pacientes con este trastorno padezcan depresión, o cualquier otro trastorno del estado de ánimo o trastorno bipolar. Aunque esto no está directamente relacionado con el TDAH, la enfermedad c-existente puede agravar la depresión como consecuencia de ciertos retos asociados al TDAH.

 

La probabilidad de que aparezcan trastornos de ansiedad junto con el TDAH es alta, y esto se atribuye de nuevo a los retos y dificultades relacionados con la enfermedad. También es probable que los pacientes acaben padeciendo trastornos psiquiátricos, que incluyen trastornos de la personalidad, posible inclinación al abuso de sustancias y trastorno explosivo intermitente. Una afección frecuente relacionada con el TDAH son las dificultades de aprendizaje. Los pacientes tienen más probabilidades de rendir por debajo de sus posibilidades académicas, en comparación con otras personas de edad e inteligencia similares y con las mismas cualificaciones educativas o experiencia.

Medicamentos habituales y Efectos secundarios de la medicación para el TDAH

Como ya se ha dicho, actualmente se utilizan cinco tipos diferentes de medicamentos para tratar la enfermedad. Esto incluye metilfenidato, lisdexanfetamina, dexanfetamina, atomoxetina y

guanfacina. Ninguno de estos medicamentos pretende ser una cura permanente de la enfermedad, sino ayudar a los pacientes a sobrellevarla mejor y mejorar ciertas capacidades. También se pretende ayudar a las personas a moderar su comportamiento impulsivo, a tranquilizarse, a adquirir habilidades y a adaptarse mejor.

Se recomienda tomar los medicamentos a diario, y a menudo se incluyen pausas en el tratamiento, con el fin de evaluar la enfermedad y el resultado de los medicamentos. Estas pausas en la medicación también ayudan a evaluar si es necesario continuar con la medicación. Las dosis suelen ser más bajas al principio y se aumentan gradualmente para ayudar a las personas a hacer frente a los probables efectos que puedan experimentar inicialmente.

Resumen de cada formulación

He aquí un resumen rápido de cada medicamento y de los posibles efectos secundarios de los medicamentos para el TDAH.

#1 Methylphenidate

Uno de los medicamentos más recomendados, es un estimulante. El mecanismo de acción provoca un aumento de la actividad cerebral en las zonas responsables del control de la atención y el comportamiento de las personas. El medicamento pueden tomarlo con seguridad los pacientes mayores de 5 años, y está disponible en pequeñas dosis de liberación inmediata. Por eso es necesario tomarlo dos o tres veces al día. También está disponible como dosis de liberación modificada, en la que se toma una vez al día por la mañana. Los efectos secundarios relacionados con este medicamento incluyen un posible aumento de la tensión arterial, cambios en la frecuencia cardiaca y una posible reducción del apetito. Además, es probable que el paciente tenga dificultades para dormir, o puede tener dolores de cabeza, dolor de estómago, ser agresivo en su conducta o irritable por naturaleza.

#2 Lisdexamfetamine

Se trata de otro medicamento que pertenece a la categoría de los estimulantes. El mecanismo de acción y los resultados incluyen una mejora de la concentración y la atención, además de una reducción de la impulsividad. Este medicamento también puede administrarse con seguridad a pacientes mayores de 5 años, y suele considerarse una opción cuando los medicamentos con metilfenidato no han dado los resultados deseados en los niños. Para los adultos, la medicación puede ser la primera línea de tratamiento. Disponible en forma de cápsula, se toma una vez al día, y conlleva su parte de resultados indeseables. Esto incluye una pérdida repentina de apetito, posible comportamiento agresivo y sensación de somnolencia. Además, el paciente también puede experimentar posibles diarreas, vómitos y dolores de cabeza.

#3 Dexamfetamine

Se trata de otro medicamento que tiene un mecanismo de acción similar al de la lisdexanfetamina y que pueden utilizar con seguridad los pacientes mayores de 5 años. Suele tomarse dos o cuatro veces al día. Al igual que otros medicamentos, este fármaco también conlleva la posibilidad de efectos secundarios, como reducción del apetito, cambios repentinos de humor, comportamiento agresivo y sensación de somnolencia. También es probable que el paciente experimente dolores de cabeza, diarrea y puede estar agitado a veces.

#4 Atomoxetine

Se trata de una clase de medicamento que funciona de forma distinta a otros fármacos para el TDAH. Perteneciente a la categoría de los inhibidores selectivos de la recaptación de noradrenalina (IRSN), provoca un aumento de los niveles de noradrenalina en el cerebro. Esta sustancia química del cerebro es responsable de la señalización de mensajes entre las células cerebrales, y su aumento ayuda a mejorar la concentración/enfoque, además de regular el comportamiento impulsivo. Es seguro para pacientes mayores de 5 años, y se toma una o dos veces al día. Los efectos indeseables relacionados con el medicamento incluyen el aumento de los niveles de tensión arterial o el aumento de la frecuencia cardiaca, posibles sensaciones de vómito y dolor de estómago. El paciente también puede experimentar dificultades para conciliar el sueño o permanecer dormido, además de una tendencia a irritarse fácilmente. Este medicamento conlleva la posibilidad de ciertos resultados adversos, como daños en el hígado o pensamientos suicidas.

#5 Guanfacine

Se sabe que este medicamento tiene un mecanismo de acción que mejora la función cerebral, además de reducir los niveles de presión arterial. Está destinado sólo a niños y se recomienda para adultos. A los niños mayores de 5 años se les recomienda la medicación, que se toma una vez al día, por la mañana o por la noche. Los efectos secundarios comúnmente relacionados con el medicamento incluyen cansancio anormal, dolor de cabeza punzante y dolor de estómago. Los pacientes también pueden experimentar sequedad de boca cuando toman el medicamento.

La necesidad de un enfoque holístico

La enfermedad requiere un enfoque holístico, que incluya terapia, como la Psicoeducación y la Terapia Conductual. Esto es necesario para ayudar a niños y adultos a afrontar mejor los efectos de la enfermedad y a integrarse mejor en la sociedad, en la familia y en el lugar de trabajo. La enfermedad plantea múltiples retos, que requieren un enfoque combinado de medicación, terapia y asesoramiento.